La
GrinWeek, del 11 al 15 de febrero
Estos días en la
GrinWeek, con las intervenciones de Fernando Trujillo, David Álvarez, Esteban
Romero y Daniel Torres, han sido días de aprendizaje e iniciación a, por
decirlo usando el tópico, todo un mundo de posibilidades. Cada uno se refirió a
un aspecto específico e inevitablemente conectado con el aspecto que trataban
los demás, ya que estamos en un entorno, el de la web social, donde han quedado
rotos los compartimentos estancos y el formalismo institucional que han venido
caracterizando tradicionalmente el conocimiento humano. Para mí, estos serían
los aspectos que me han resultado más novedosos y me han suscitado mayor
reflexión y nuevos proyeIctos de actividad.
En primer lugar, la
distinción entre educador push y educador pull que propone Fernando
Trujillo (o educador que abre la puerta
del conocimiento hacia dentro y, por lo tanto dificulta su salida, y el
educador que la abre hacia y por lo tanto facilita su salida), es bastante
sugerente. Cada uno representa dos modelos de profesorado distintos: el primero
parte de una visión compartimentalizada del cerebro y del tiempo de
aprendizaje, considera que lo importante es la abundancia de contenidos, habla
para que le escuchen y se procese esa información, da preeminencia del texto
escrito, dotado de autoridad, evalúa mediante examen, y no invita a participar
en el aula a otras personas. Es un modelo tan arraigado en nosotros, que surge
intuitivamente. En cambio, el profesorado pull
no distingue entre proceso de aprendizaje/escucha y enseñanza/habla, sino que
propicia situaciones que los mezclan y trata de romper la compartimentalización
que caracteriza el modelo anterior. No utiliza la convención ni la tradición y
crea nuevas normas de funcionamiento de la clase, generando situaciones para
trabajar en equipo, de manera cooperativa. Esta estructura cooperativa es el
modelo más adecuado para responder a los problemas variados y cambiantes que
debemos resolver los seres humanos en la época de la globalización, donde se
han roto las barreras entre especializaciones y donde se demandan otras
herramientas y habilidades aparte de los conocimientos teóricos y los casos de
laboratorio. Dinamismo, creatividad, improvisación, colaboración, capacidad de
aprendizaje autónomo, son algunas de las cosas que deberían acompañarnos de
cara a los nuevos retos que tenemos que enfrentar. Sin embargo, muy pocas
personas están preparadas para aceptar este nuevo modelo, que no es parte de
nuestra tradición y, por lo tanto, suele despertar el recelo de que así no se
aprende nada.
El segundo aspecto que
se ha tratado en la GrinWeek y que me ha resultado muy interesante ha sido la
noción de Personal Learning Environment
(PLE) o entorno personal de aprendizaje. Se trata de un concepto relativamente
nuevo, cuyos presupuestos vienen impulsados por personajes como Georges Siemens
(que considera que conocer es estar posicionado en una red). Desarrollado
durante la sesión de David Álvarez, se define como el conjunto de competencias,
dispositivos o relaciones que nos permiten conocer de manera autónoma y
resolver problemas. Considero que esta noción ayuda a implementar el proceso de
aprendizaje, haciéndonos conscientes de la manera, herramientas, ámbitos o
elementos que usamos cuando aprendemos. También permite percibir el aprendizaje
como un proceso continuo que no se detiene nunca. Tal vez sea algo
característico de nuestro cerebro. Conectada a la noción de PLE está la de Personal Learning Net (PLN) o red
personal de aprendizaje. El ejercicio que nos propuso Álvarez de dibujar
nuestro propio PLE me permitió hacerme consciente de mi entorno personal de
aprendizaje, pero sobre todo, de conocer, cuando trataba de describirlo, cómo
puede incorporarse la red 2.0 a ese entorno, usando las herramientas que en
ella se han desarrollado para buscar información, filtrarla, organizarla,
generar contenidos, compartirlos y comunicarme y participar con otras
comunidades. Por lo demás, obtuve esta valiosa información en un ejercicio de
aprendizaje colaborativo, en el que otros asistentes a esta sesión de la
GrinWeek fueron enumerando y explicando esas herramientas.
En la intervención de
David Álvarez oí también por primera vez hablar del proyecto Facebook, los
aprendepaisajes y la edupunk. Esta última expresión fue acuñada por Jim Goom en
2008 y Leslie Madsen Brooks la ha definido como aprendizaje centrado en el
estudiante, según sus intereses que se hacen relevantes en la sociedad digital,
aun a veces renunciando a las tecnologías digitales. Según Álvarez, podemos
encontrar un ejemplo de este tipo de aprendizaje en el Centro San Walabonso, en
Niebla (Huelva). Todos estos conceptos y procesos de aprendizaje, nuevos para
mi, se enmarcan en una visión más informal y volátil del conocimiento, sometido
a constantes actualizaciones y reciclajes, y controlado por los propios
aprendices, que conecta claramente con la educación pull de la que hablaba Trujillo.
A estos contenidos y
métodos volvió a referirse Esteban Romero en su sesión, que él planteó a partir
de una sugerente idea que le inspiró la última obra de Chris Ware, Building Stories. En un primer momento,
esta idea me evocó las propuestas dadaístas del libro artefacto. Creo que este
universo de aprendizaje que se ensambla con la red 2.0, la cual a su vez se
desarrolla a partir de las demandas, necesidades y retos que ese universo le
lanza, está muy conectado con aquella etapa de la humanidad, a principios del
siglo XX, cuando se pretendía romper con el racionalismo individualista, al que
se consideraba periclitado e insuficiente, y que fue el mismo racionalismo que
inspiró la Ilustración, la codificación e incluso las declaraciones de derechos.
Su insuficiencia mostró su agotamiento, y la necesidad de idear nuevas fórmulas
de expresión y desarrollo del conocimiento humano, al margen del racionalismo. El
problema es que algunas propuestas alternativas a la ortodoxia del racionalismo
y a la autoridad de los maestros, se tradujeron en un excesivo énfasis en el
sentimiento, la tradición prerracionalista –organicista, costumbrista,
folclorista, religiosa-, que mostró sus excesos en propuestas políticas como
los fascismos. Creo, no obstante, que las propuestas actuales, en el seno de
una inteligencia colectiva que no sea concebida como masa inarticulada y
anónima sino como conjunto de personas diferenciadas que reflexionan
conjuntamente sobre todo lo imaginable en red, de manera pacífica y aceptando
ciertas normas básicas en esa interacción, no tienen ese riesgo; o si lo
tienen, parece que es en menor medida.
El tercer elemento que
resultó nuevo para mí fue el de Design Thinking,
que se concibe como un proceso de búsqueda conjunto de soluciones a problemas
sin seguir el patrón clásico, que se erigen en prototipos y se evalúan. A este
tema se dedicó la sesión conjunta que dieron Esteban Romero y David Álvarez.
Naturalmente, la sesión se orientó a una breve presentación de esta metodología
y su puesta en práctica, para aprender haciendo. Nos dividimos en distintos
grupos, por afinidades temáticas, y elaboramos un proyecto de innovación
educativa, siguiendo esa metodología del Design Thinking. La propuesta de
seguir construyéndolo en un entorno colaborativo como el wiki del GrinWeek, ha
sido otra oportunidad para iniciarme en un ámbito del que había oído hablar
pero nunca había utilizado.
Por último, unas
palabras sobre la intervención de Daniel Salinas. Ya lo conocía de otras
conferencias que había dado sobre temas como el impacto de las revistas
científicas, pero siempre se aprenden cosas nuevas con él. En la medida en que,
como parte del profesorado de la UGR, también me dedico a la investigación, su
sesión me resultó de sumo interés, como impagable su kit básico de
supervivencia para adentrarse en las relaciones entre la ciencia y la web 2.0. Con
bastante sencillez, que no significa falta de rigor, mostró la superabundancia
de revistas y otras publicaciones científicas que caracteriza el ámbito de la
investigación, las posibilidades que a este mundo ofrece la web 2.0 y, más
específicamente, la web social, apuntando cómo influir su uso en el mismo
desarrollo del conocimiento, y más específicamente, en la medida del impacto de
las revistas científicas. Este aspecto me resultó particularmente interesante,
ya que trabajo en un ámbito de conocimiento, el jurídico, dominado por la
tradición y las autoridades, no sólo la de la ley o la jurisprudencia sino la
de la propia doctrina científica (repárese, por favor, en la manera de
denominar la producción teórica en el ámbito jurídico).
Compartiendo estas
sesiones de la GrinWeek, he descubierto un proyecto y una red de trabajo
fundamental para el futuro del conocimiento, y más en particular, de la propia Universidad
(puede que sea incluso su única oportunidad, ante la crisis económica, social y
política que enfrentamos). Propone tiempos, espacios y modos de trabajo
colaborativos que son, además, una esperanza para que el conocimiento no siga
creciendo de espaldas a las demandas sociales.
Mi más sincero
agradecimiento.
Josefa, un artículo muy exhaustivo de las sesiones. Nos alegra saber que te resultaron de utilidad. Un abrazo.
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